En la antigua Roma la muerte tenía una presencia física que se dejaba ver en las diversas inscripciones funerarias que conmemoraban la muerte de algún familiar o persona importante. Estas inscripciones se podían leer en "aras", estelas, sarcófagos... Algunas de ellas están acompañadas por un relieve de figuras del muerto.
Una tradición vinculada con el mundo oscuro son las inscripciones de maldición, conjuros... Generalmente, en plomo, con invocaciones a los dioses infernales, petición de maldición para enemigos. En muchas ocasiones, la tablilla era de plomo y se doblaba para que no se viera el texto.
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